Cada cultura tiene una forma diferente de ver la salud mental. Para la mayoría, existe un estigma generalizado en torno a la salud mental. Esencialmente, los problemas de salud mental se consideran una debilidad.
Por ejemplo, en las comunidades asiáticas y de Oriente Medio, buscar ayuda profesional para enfermedades mentales o problemas de salud mental puede suponer vergüenza o deshonor para la familia. La comunidad negra tiene una larga historia de discriminación y maltrato por parte de los profesionales de la salud. Esto tiende a hacer que las personas sean más reacias a buscar ayuda.
En cuanto al tratamiento de los problemas de salud mental, es probable que los miembros de cada una de estas comunidades repriman sus sentimientos. Si buscan apoyo, suele ser a través de familiares cercanos o de sus respectivos círculos religiosos. Aunque la búsqueda de apoyo suele ser el primer paso hacia la curación, el estigma cultural asociado a los problemas de salud mental puede impedir que las personas reciban la ayuda que necesitan.