Se sabe que los síntomas de la depresión periparto suelen manifestarse entre dos semanas y unos seis meses después del parto. Al igual que ocurre con la depresión posparto, suele haber causas subyacentes, como tener antecedentes familiares de depresión, ansiedad u otros trastornos del estado de ánimo.
Sin embargo, el periparto puede tener otras causas, como el aislamiento social y la falta de apoyo, así como el estrés añadido no sólo de estar embarazada, sino de cuidar a un recién nacido.
Los síntomas de la depresión periparto varían de leves a graves en las madres que acaban de dar a luz, y pueden incluir:
- Fatiga o pereza
- Ansiedad
- Desinterés o falta de vínculo con el bebé
- Pensamientos de hacer daño al bebé o autolesionarse.
- Sentimientos de aislamiento, culpa o vergüenza
- Sentimientos de inadecuación, desesperanza o inutilidad.
Afortunadamente, la depresión periparto es perfectamente tratable mediante psicoterapia, cambios en el estilo de vida y apoyo social. Los antidepresivos también son una opción. No obstante, las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben consultar a su médico sobre los riesgos para la salud del bebé.
Lo más importante que deben reconocer los nuevos padres es que tanto la depresión periparto como la depresión posparto son posibilidades muy reales. También son afecciones biológicas y médicas, por lo que si tú o una madre primeriza que conoces experimentas los síntomas anteriores, es fundamental que los trátes de inmediato.
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