Aunque las redes sociales pueden ayudar a cultivar amistades, también están directamente relacionadas con la autoestima y la satisfacción vital. Esto es especialmente cierto para las generaciones más jóvenes.
Esto se debe en gran medida a que la gente sólo publica sus “momentos estelares”, es decir, las fotos más bonitas de sí mismos, las actividades “guays” que hacen, sus trajes bonitos, sus vacaciones y cenas caras, sus relaciones, sus éxitos, sus logros, etc.
Antes, los estándares peligrosamente irreales se dejaban en manos de las revistas de belleza y moda, en las que aparecían celebridades y modelos photoshopeadas. Ahora, nuestros propios compañeros nos marcan el camino de lo que es socialmente aceptable y bello. No hay mucha gente que publique sus luchas o sus fotos no tan bonitas, lo que no hace sino perpetuar estos estándares poco realistas de éxito, felicidad y belleza.
También está el factor de validación causado por el flujo entrante de “me gusta” y comentarios de otros usuarios cada vez que publicas una foto. Aunque es perfectamente normal que estas reacciones positivas aumenten la autoestima, al cabo de un tiempo muchas personas empiezan a ansiar esa validación, y esto empieza a afectar a la forma en que nos valoramos a nosotros mismos.
A medida que pasamos más tiempo en las redes sociales viendo a esas “personas reales” con su belleza, sus cuerpos perfectos y sus vidas perfectas, empezamos a compararnos con nosotros mismos y con nuestras propias vidas, lo que nos hace sentirnos inadecuados.