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Redes sociales y autoestima

Lo que antes era una plataforma social para estudiantes universitarios se convirtió en la principal forma de comunicación e intercambio público del mundo.

Varias plataformas de medios sociales, especialmente Facebook e Instagram, se han hecho exponencialmente populares en los últimos años. Se han convertido en fuentes comunitarias increíblemente influyentes para noticias del mundo, citas, consejos, marketing de productos y servicios empresariales, compras, cultura de cancelación, política, entretenimiento y mucho más.

Por supuesto, también se han convertido en una plataforma pública para debatir todos los temas imaginables y, lo que es peor, en un punto de comparación entre nosotros y las imágenes que otros publican para ser reconocidos.

Estas son precisamente las cosas que pueden hacer que las redes sociales tengan un impacto negativo en tu autoestima. Sigue leyendo para saber más sobre cómo las redes sociales pueden estar dañando tu autoestima y provocando tus sentimientos de depresión.

¿Las redes sociales están dañando tu autoestima?

Aunque las redes sociales pueden ayudar a cultivar amistades, también están directamente relacionadas con la autoestima y la satisfacción vital. Esto es especialmente cierto para las generaciones más jóvenes.

Esto se debe en gran medida a que la gente sólo publica sus “momentos estelares”, es decir, las fotos más bonitas de sí mismos, las actividades “guays” que hacen, sus trajes bonitos, sus vacaciones y cenas caras, sus relaciones, sus éxitos, sus logros, etc.

Antes, los estándares peligrosamente irreales se dejaban en manos de las revistas de belleza y moda, en las que aparecían celebridades y modelos photoshopeadas. Ahora, nuestros propios compañeros nos marcan el camino de lo que es socialmente aceptable y bello. No hay mucha gente que publique sus luchas o sus fotos no tan bonitas, lo que no hace sino perpetuar estos estándares poco realistas de éxito, felicidad y belleza.

También está el factor de validación causado por el flujo entrante de “me gusta” y comentarios de otros usuarios cada vez que publicas una foto. Aunque es perfectamente normal que estas reacciones positivas aumenten la autoestima, al cabo de un tiempo muchas personas empiezan a ansiar esa validación, y esto empieza a afectar a la forma en que nos valoramos a nosotros mismos.

A medida que pasamos más tiempo en las redes sociales viendo a esas “personas reales” con su belleza, sus cuerpos perfectos y sus vidas perfectas, empezamos a compararnos con nosotros mismos y con nuestras propias vidas, lo que nos hace sentirnos inadecuados.

Redes sociales, COVID y depresión

Aunque a muchos de nosotros nos gusta estar conectados y desplazarnos por nuestros feeds en busca de las últimas actualizaciones y memes divertidos para compartir, múltiples estudios demuestran que el uso excesivo de las redes sociales está invariablemente vinculado a sentimientos de ansiedad, depresión, soledad, aislamiento y mucho más.

Los seres humanos son criaturas sociales por naturaleza. Dependemos de la compañía para sobrevivir y prosperar, lo que significa que la fuerza de nuestros vínculos sociales con otros seres humanos afecta directamente a nuestra salud mental y felicidad.

Por fuera, parecería que las plataformas de medios sociales que nos permiten conectar con otros a escala global aliviarían nuestras tensiones y ansiedades, aumentando así nuestra felicidad y estado de salud mental.

Sin embargo, las redes sociales no sustituyen a la conexión humana en el mundo real. Necesitamos el contacto personal para activar las hormonas que alivian el estrés y aportan positividad a nuestras vidas.

Desde el brote de COVID-19, la mayoría de nosotros hemos recurrido a las redes sociales para recibir información actualizada sobre la pandemia, apoyo de nuestros compañeros y entretenimiento. Por desgracia, también nos ha llevado a un uso excesivo y habitual de las redes sociales, lo que, según los estudios, nos deprime más.

¿Es hora de tomarse un descanso en las redes sociales?

Aunque pueda parecer difícil, sobre todo después de meses de encierro y aislamiento, es hora de practicar el arte de la “pausa en las redes sociales.” En otras palabras, es hora de reducir el uso excesivo de las redes sociales limitando nuestra exposición a estas plataformas virtuales para formar hábitos más nuevos y saludables.

Por supuesto, el uso excesivo de las redes sociales también podría ser un signo de un problema subyacente, como la depresión. Si es así, ese uso excesivo también puede estar agravando el problema. Si tomarse un descanso de las redes sociales no ayuda a su salud mental, puede que haya algo que podamos hacer.

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