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Tratamiento de la depresión: Estimulación magnética transcraneal

El trastorno depresivo mayor (TDM) es una de las formas de depresión más resistentes al tratamiento. Por ello, muchos profesionales de la salud mental recomiendan la estimulación magnética transcraneal (EMT) para tratar el trastorno del estado de ánimo a largo plazo.

En este artículo hablaremos de la diferencia entre la estimulación magnética transcraneal y los tratamientos tradicionales (como la medicación), así como de sus posibles efectos secundarios.

Siga leyendo para saber más.

EMT frente a gestión de la medicación

En el caso de la depresión, la psicofarmacología suele formar parte de la conversación, ya que durante mucho tiempo se ha considerado el tratamiento de referencia asociado a la depresión en todas sus formas.

Los profesionales de la salud mental suelen recetar antidepresivos para aliviar los síntomas de la depresión y otros trastornos del estado de ánimo asociados, como la ansiedad. El objetivo es corregir los desequilibrios químicos de los neurotransmisores cerebrales causantes de estos estados de ánimo negativos.

En las formas más graves de depresión, como el trastorno depresivo mayor (TDM), suele ser necesario un período de ensayo y error con un régimen de antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos. Esto también requiere un control continuo de la medicación y, en ocasiones, un tratamiento invasivo que incluye ketamina, esketamina y terapia electroconvulsiva (TEC).

Entonces, ¿qué hace que la EMT sea la mejor opción en comparación con el tratamiento farmacológico?

Sus efectos secundarios (o la ausencia de ellos) y su eficacia en el tratamiento a largo plazo.

Efectos secundarios

Los trastornos del estado de ánimo en el ámbito del MDD suelen ser resistentes al tratamiento con múltiples medicamentos. Por eso, en primer lugar, es necesario gestionar la medicación, ya que cada nuevo régimen requiere un seguimiento constante del paciente.

Por no mencionar que los antidepresivos por sí solos conllevan algunos efectos secundarios bastante graves, especialmente cuando se toman durante un periodo prolongado. Esos efectos secundarios varían, pero suelen incluir insomnio, ansiedad, agitación, náuseas, problemas de vejiga, disfunción sexual, mayores riesgos cardiovasculares, mareos, aumento de peso, fatiga y mucho más.

La EMT, por su parte, produce efectos secundarios relativamente leves, que incluyen sobre todo pequeños dolores de cabeza, molestias en el cuero cabelludo, mareos y hormigueos tras el procedimiento. Estos efectos secundarios suelen ser de corta duración, lo que confirma un estudio de 2007.

La eficacia

Los estudios y ensayos clínicos más antiguos concluyeron que la EMT era eficaz pero ligeramente deficiente por sí sola. Durante mucho tiempo, se creyó que era más eficaz cuando se combinaba con un régimen antidepresivo para pacientes con MDD resistente al tratamiento.

Sin embargo, estudios clínicos más recientes con el nuevo procedimiento de EMT aprobado por la FDA y denominado SAINT (Terapia de Neuromodulación Inteligente Acelerada de Stanford) han obtenido resultados notables.

Este nuevo protocolo de EMT demostró que el 90% de los sujetos con depresión grave experimentaron una remisión al final del estudio, es decir, dejaron de estar clínicamente deprimidos o de tener pensamientos suicidas.

Por el contrario, la investigación sobre los antidepresivos muestra que sólo son eficaces para hasta el 40% de los pacientes debido a diversos factores. Además, hasta el 75% de los pacientes que se someten a tratamiento farmacológico experimentan una recaída de la depresión tras lograr una respuesta positiva a su régimen.

Si usted o alguien a quien cuida padece MDD u otro trastorno grave del estado de ánimo, póngase en contacto con nosotros hoy mismo para obtener más información sobre la EMT y los demás servicios psiquiátricos que ofrecemos.