Siempre que oímos el término trastorno de estrés postraumático (TEPT), solemos asociarlo a los veteranos que han servido a nuestro país y a su estado de ánimo tras volver a casa del extranjero.
Sin embargo, el TEPT no es un efecto secundario exclusivo de haber sufrido un trauma en el contexto militar. Según la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), aproximadamente el 8% de los estadounidenses se ven afectados por el TEPT en algún momento de su vida, y muchos de ellos no tienen ninguna exposición militar.
Aunque cualquier tipo de trauma puede provocar TEPT, algunos son más frecuentes. La suposición de que sólo los veteranos sufren TEPT provoca retrasos en el reconocimiento y tratamiento de los síntomas, prolongando así el dolor y el sufrimiento de la persona.
Cualquier persona que haya sufrido una experiencia traumática puede desarrollar un TEPT. Siga leyendo para saber más.
El trastorno de estrés postraumático es un trastorno psiquiátrico que se produce en individuos que han presenciado o experimentado un acontecimiento traumático. Como hemos mencionado anteriormente, varios tipos de trauma pueden conducir al desarrollo del TEPT, aparte de la exposición a la guerra y al combate durante el servicio.
Entre estos traumas muy comunes se incluyen:
Aunque muchas de estas cosas ocurren durante el servicio militar, el TEPT no sólo afecta a los que sirvieron. El TEPT puede afectar a cualquier persona que haya vivido un momento emocionalmente traumático.
Por ejemplo, un niño que presencie cómo maltratan a uno de sus padres o sufra él mismo malos tratos violentos probablemente desarrollará un TEPT en algún momento de su vida.
Además, las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de desarrollar TEPT, y hay grupos étnicos específicos -latinos, afroamericanos, asiáticos y nativos americanos- que desarrollan TEPT en tasas más elevadas que los no latinos y los estadounidenses blancos.
Las personas que sufren TEPT suelen tener pensamientos y sentimientos muy intensos y perturbadores que están directamente relacionados con su experiencia traumática. Estos pensamientos y emociones tienden a durar mucho tiempo después de que el suceso traumático haya pasado, manifestándose en forma de flashbacks o pesadillas, sentimientos de tristeza, ira o miedo, y distanciándose o alejándose de otras personas en sus vidas.
Las personas que padecen TEPT son más propensas a evitar situaciones o personas que les recuerden estos acontecimientos traumáticos. También pueden mostrar reacciones adversas extremas ante cosas que a nosotros nos parecerían normales, como un ruido fuerte o un contacto accidental. También suele ir acompañada de ansiedad, depresión, insomnio y, a veces, incluso autolesiones.
Es muy común menospreciar nuestras propias experiencias traumáticas, sobre todo si no coinciden con la violencia y los disturbios absolutos que vemos en la televisión, en los medios de comunicación o por lo que pueden haber pasado nuestros seres queridos.
Sin embargo, comparar tus experiencias con las de otra persona sólo sirve para enterrar tu conciencia sobre el TEPT y sus síntomas, lo que puede conducir a condiciones de salud mental aún peores.
Si usted o alguien cercano ha sufrido un acontecimiento traumático y presenta alguno de los signos y síntomas del TEPT, es el momento de tomar conciencia. El TEPT es tratable y podemos ayudarle. Póngase en contacto con nosotros hoy mismo para obtener más información sobre los servicios de salud mental que ofrecemos.
